Hospitalización domiciliaria como alternativa de la hospitalización institucional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS),define la hospitalización domiciliaria, como: "La provisión de servicios de salud por parte de cuidadores formales o informales, en el hogar, con el fin de promover, restablecer o mantener el máximo nivel de confort, funcionalidad y salud, incluyendo cuidados tendientes a dignificar la muerte”. El planteamiento que motiva la instauración de un programa de hospitalización domiciliaria es la premisa o la intención del sistema estatal de salud y el equipo de salud de lograr una alta satisfacción del usuario y su familia reduciendo los días estancia y optimizando el recurso hospitalario.
En poblaciones especiales como los ancianos, el programa de hospitalización domiciliaria no aumenta la sobrevida pero sí reduce las re-ingresos institucionales y los gastos económicos que éstas acarrean para el sistema estatal de salud y para el entorno familiar del usuario.
Entre las ventajas de la hospitalización domiciliaria de los pacientes geriátricos, se destaca que ésta se efectúa en un mejor lugar terapéutico, manteniendo al paciente en su entorno familiar, a la vez que se proporciona una atención integral, más humanizada, y disminuye los riesgos y las iatrogenias inherentes a la hospitalización.
Las posibilidades que ofrece la hospitalización domiciliaria también permiten hacer comparaciones con la hospitalización institucional, desde aquellas condiciones inherentes a los riesgos hasta las complicaciones y los costos de atención, y concretamente de los riesgos de infecciones nosocomiales (comprende las infecciones contraídas en el hospital pero manifiestas después del alta hospitalaria y también las infecciones ocupacionales del personal sanitario), las cuales representan un impacto muy grande pues su aparición suscita no sólo la posibilidad de aumentar la carga de morbi/mortalidad en un momento dado, si no también el hecho de incurrir en costos excesivos.
Las infecciones nosocomiales son una pesada carga para el paciente y para el sistema de salud pública. Una encuesta de prevalencia realizada bajo los auspicios de la OMS en 55 hospitales mostró que un promedio de 8.7 % de los pacientes hospitalizados presentaba infecciones nosocomiales. En un momento dado, más de 1.4 millones de personas alrededor del mundo sufren complicaciones por infecciones contraídas en el hospital.
Servicio y Ventajas Especificas
1.
El paciente recibe una atención más individual: El enfermo se convierte en foco de atención, para el equipo de salud, la familia y la comunidad no siendo uno de los muchos tipos de pacientes de un hospital. El individuo no sólo siente que recibe más atención, sino que ésta es totalmente personalizada, lo cual hace que se refuerce la relación médico-paciente así como el apego a los tratamientos.
2.
Se logra una atención más integral del enfermo: Al no separar el enfermo de su entorno familiar y comunitario es más fácil verlo como una entidad biopsicosocial. Muchas veces el médico del hospital ve limitada sus posibilidades diagnósticas, terapeútica y de rehabilitación porque no conoce realmente el modo y estilo de vida del paciente, su conducta habitual.
3.
La ansiedad del paciente se atenúa: Al no mezclarse con otros pacientes obviamente en muchas ocasiones más enfermos y desvalidos, el estar en el seno de su familia y estar rodeado de personas conocidas tiene un efecto alentador y beneficioso.
4.
Los costos de la atención se reducen tanto para la familia como para el estado: Al estar el enfermo en su hogar, está al tanto de la economía familiar, así como no es necesario en muchas ocasiones que los familiares dejen de trabajar para cuidarlo, pues otro familiar que no podía cuidarlo en el hospital puede cooperar, y para algunas familias es más económico buscar ayuda pagada, que los gastos que le ocasiona el ingreso hospitalario en transporte, alimentos y abandono de su puesto de trabajo, etc. Por otro lado los gastos en alojamiento, alimentos, medicamentos y transporte los garantiza en la mayor parte la familia, disminuyendo los costos para el estado.
5.
Hay menor riesgo de infección hospitalaria: Muchos pacientes bien informados reconocen la posibilidad (aún remota) de adquirir una infección si ingresan a un hospital y agradecen poder evitar aun este pequeño riesgo.
6.
El médico conserva el control sobre el paciente: Muchos médicos, están decepcionados del papeleo burocrático de los hospitales, demoras en el ingreso de pacientes, autorizaciones prolongadas y en ocasiones redundantes para él mismo, el número cada vez mayor de miembros del personal que desea participar en la atención de los enfermos (y en las decisiones al respecto) y las múltiples normas que se le imponen. Puede haber tantas personas con grados variables de entrenamiento, especialización y eficacia alrededor del paciente hospitalizado, que el médico pierde su control sobre él. Estos profesionales ven en la hospitalización en el hogar un medio para brindar atención más eficiente y eficaz a sus enfermos, de manera directa y adecuada.
7.
Permite la realización de un diagnóstico relacional: Los problemas familiares repercuten en el cuadro clínico, en el cual actúan como factores predisponentes, desencadenantes o ambos a la vez.
Existiendo un consenso en la mayoría de los terapeutas dedicados a la clínica, sobre la vinculación y complementariedad entre entidad individual y grupal, elemento que tienen en cuenta nuestros médicos de familia, día tras día, aunque lo hagan en ocasiones de forma empírica.
8.
Permite la utilización de la terapia familiar como verdadera arma complementaria y en ocasiones de primera línea en el abordaje clínico-terapéutico de cualquier paciente: el trabajo con la familia brinda una ayuda formidable en la solución de múltiples problemas de salud individual y colectivos ya que como referimos los problemas familiares repercuten en el cuadro clínico.
9.
Promueve la participación de la familia, la comunidad y la sociedad en la atención y/o recuperación del enfermo, convirtiéndose en un elemento importante en la prevención y promoción de salud: Al promover la participación familiar, social y comunitaria, se estimulan estos factores a reconocer los elementos de riesgo o daños a la salud que los afectan y a tratar de preservar o mejorar los aspectos positivos de su salud.
10.
Estimula una relación médico-paciente en términos horizontales: Ya no es el médico quien toma la mayoría de las decisiones de carácter diagnóstico y terapéutico, sino que ambos el médico y el paciente con su familia tienen sus responsabilidades, destacando especialmente el papel del paciente y su familia en la identificación, estudio y resolución de sus problemas, lo que es particularmente importante en el grupo de las enfermedades crónicas y los pacientes en estadíos terminales de neoplasia y otros.
11.
Contribuye a reivindicar la profesionalidad médica: El médico de familia cumple con muchas actividades administrativas, sociales y se compenetra tanto con la comunidad, que en ocasiones ésta lo aparta un poco de la imagen del profesional, pero con la gran profesionalidad que debe asumir con los pacientes ingresados en el hogar y su actividad de líder de las acciones, esta imagen se refuerza.
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